lunes, 13 de agosto de 2007

después de tres décadas, por fin a tiempo

Ayer fue mi cumpleaños número treinta, y la verdad hasta parece difícil estar más contento. Contento por lo que he vivido, por lo que ahora vivo y por lo que a pesar de desconocer a partir de este día esté por vivir.

Entre mis regalos están las llamadas, correos, postales y abrazos de mis seres queridos, además, un bonito reloj que se veía más o menos así:



Desde hace más de diez años había querido mantenerme alejado de las máquinas medidoras del tiempo, se me hacen muy interesantes, pero el problema entonces era que distraía mucho con ellas, sin duda ire aprendiendo a usarlas como una herramienta, principalmente para no llegar tarde :).

Gracias a todos.

1 comentario:

Saúl dijo...

que presumido Oscarín, esta padre